viernes, julio 29, 2011

Lo vimos por Mempo Giardenelli levantado de P12

Lo digo como hombre de provincia, de lo que ustedes llaman “interior”: me consta que a muchos ciudadanos/as que no votamos en la Ciudad de Buenos Aires nos preocupa enormemente la perspectiva de que nuestra vieja Capital Federal vaya a seguir gobernada, cuatro años más, por una persona a la que desde el comienzo de su gestión vimos achicar presupuestos y reparticiones de educación y de cultura, y que llegó a designar a un troglodita en el Ministerio de Educación y tardó once días en darse cuenta.

A muchos argentinos que no estaremos allí el próximo domingo 31 nos alarma un jefe de Gobierno al que vimos designar a ex policías de pésima trayectoria al frente de la naciente Policía Metropolitana; que ordenó la compra de pistolas-picanas y que está procesado por haber ordenado escuchas telefónicas ilegales.

La verdad es que sin agraviar uno puede sostener que es muy peligroso que ese hombre haga de la mentira política un estilo tan fuerte. Es un político que dice no serlo, pero que cuando fue diputado nacional vimos que fue un campeón de mediocridad porque casi no apareció por el Congreso, aunque seguramente cobró todos sus sueldos.

Lo vimos esta misma semana previa al ballottage decisivo, aplaudiendo las exageraciones del nunca sutil señor Biolcati en la Rural. Y después en Santa Fe, junto al señor Del Sel, lo vimos engañar a la ciudadanía al sostener, con la complicidad del terrorismo periodístico, que “no son políticos”. Pretenden ser representantes de una “nueva política”, pero tienen detrás, aunque los ocultan vergonzantemente, a los señores Duhalde, Venegas, Barrionuevo, Amadeo, Puerta o Toma, que de nuevos, precisamente, no tienen nada.

De igual forma, cuando el señor Durán Barba, talentoso publicista y acaso padre del triunfo PRO en la primera vuelta porteña, aparece coludido en una causa penal por enlodar al adversario mediante recursos ilegales, vimos que este hombre niega que eso sea “campaña sucia”, pide infantilmente “basta de agresiones” y le reclama a Daniel Filmus que haga “alguna autocrítica”, materia que él mismo desconoce por completo.

Vimos también que es duro para perseguir a miles de trapitos que se ganan la vida cuidando coches, pero es muy blando para combatir con los que lucran con la prostitución. Persigue con más saña a los pobres que a los explotadores de mano de obra esclava, de los que hay tantos en su ciudad.

Vimos que pintó bicisendas y acertó con el Metrobús, que es una idea de transporte público imperante en muchas capitales latinoamericanas, pero no cumplió su promesa de construir diez kilómetros de subte por año. Al contrario, la ampliación de la red de subtes porteña es una realización del gobierno nacional.

Vimos cómo aumentó un 300 por ciento el impuesto de alumbrado, barrido y limpieza, pero mantiene a la ciudad insólitamente mugrienta, contrariando la Ley de Basura Cero.

Vimos que otorgó reiterados beneficios al Grupo Clarín y otros monopolios, como una licitación por 275 millones de dólares por computadoras que valen menos de la mitad.

Vimos que permitió y defendió la participación de represores y aliados de la dictadura en el Gobierno de la Ciudad.

Vimos que vetó decenas de leyes votadas por la Legislatura, la mayoría sobre políticas sociales. Asimismo cerró centros culturales en todos los barrios y desalentó la participación de los vecinos. Vimos que cerró cursos gratuitos de capacitación laboral en el Centro Cultural Ricardo Rojas.

Vimos el desmanejo del Teatro Colón, con cuyos músicos está en permanente conflicto, además de que avanzan la reconversión del coliseo en una especie de ópera-shopping y la tercerización de su producción operística.

Vimos cómo vació los hospitales públicos, hoy carentes de insumos básicos como el gas. Y vimos cómo también las escuelas públicas carecen de gas y sus problemas edilicios incluyen riesgo de derrumbes. Y vimos y escuchamos denuncias sobre la compra de netbooks con altísimos sobreprecios.

Y también vimos y vemos que no controla la construcción en la ciudad, lo que implica una pérdida de patrimonio histórico y arquitectónico, que es de la nación entera.

Vimos cómo permite el accionar de matones que golpean y maltratan a las personas en situación de calle, al mismo tiempo que vetó leyes que promovían beneficios para construir comedores y alojamientos temporarios.

Vimos cómo cerró el Servicio de Zooterapia para niños y adolescentes discapacitados, donde se usaban animales, en particular perros, para la rehabilitación.

Y vimos, asombrados, cómo decidió también reducir el presupuesto del Hospital Garrahan, con el argumento de que no todos los niños que se atienden en el hospital son porteños. ¿A ustedes realmente les parece que los argentinos de fuera de Buenos Aires no merecemos el Garrahan?

Y vimos al Hospital Borda sin gas y en peligro de cierre, como el Moyano, donde se rumorea que hay ofertas inmobiliarias inconfesadas.

Vimos cómo se subejecutan presupuestos en salud, educación y vivienda, mientras crece el endeudamiento.

Y vimos también que es un dirigente que huye de los debates, acaso porque no podría tener un apuntador a sus espaldas, como vio todo el país por la tele. Ese tipo que desde atrás le dictaba al oído lo que tenía que decir... ¿a ustedes no les produjo algo así como vergüenza ajena cuando lo vieron?

A mí me cuesta entender cómo se puede votar a un político así, devenido mezcla de Susana-Mirtha-Tinelli de la política. Un hombre vacío de ideas, de discurso, que frivoliza todo y así descoloca lo mejor de la ciudadanía porteña, históricamente de vanguardia, innovadora y culta.

Yo digo que es un hombre que no merece a esa ciudad, porque siempre tiene excusas, echa culpas a los demás, no se hace cargo de nada y hace la plancha como una especie de inimputable autodeclarado y autoimpune. Dios no lo quiera, pero, ¿ustedes se imaginan una tragedia como la de Cromañón con este hombre en el gobierno?

Apenas soy un hombre de provincia sin intención de ofender a nadie, que respetuosamente le propone que este domingo 31, antes de votar, reflexione sobre esto que usted también ha visto. Porque todos lo vimos. Lo vemos

lunes, julio 25, 2011

¿A dónde van los Estados Unidos? Por Mario Rapoport y Noemí Brenta (Levantado de P12)

¿Ha comenzado la declinación del imperio? Es muy pronto para decirlo, pero el modelo económico de los Estados Unidos, seriamente jaqueado, parece haber encontrado sus límites últimos, y se encamina a un penoso ajuste. El déficit fiscal estadounidense reapareció en el primer gobierno de George W. Bush, revirtiendo el superávit heredado de Clinton. En un principio, por el aumento del gasto bélico, que pasó de 371 a 735 mil millones entre 2000 y 2008, y las reducciones de impuestos a los más adinerados. A partir de la crisis de las subprime, las transferencias por seguridad social, necesarias para atender muy parcialmente el desempleo y la pobreza crecientes, engrosaron el gasto público; pero mucho más lo aumentaron los dos planes de rescate, el de Bush y el de Obama, por 700 y 900 mil millones de dólares, respectivamente, para los bancos y las empresas en problemas. Para peor, la recesión redujo la recaudación de impuestos en 2008 y 2009, agravando el déficit fiscal (ver gráfico). Pese a que en 2010 el producto estadounidense creció un 2,9 por ciento, aun hoy el desempleo supera el 9 por ciento, un nivel muy alto en un país con baja protección social, y unas 200.000 familias por mes pierden sus viviendas, a causa de sus hipotecas impagas.

Los ingresos del gobierno federal sólo cubrieron en 2010 las tres cuartas partes de sus gastos, los continuos déficit se acumularon y aumentaron la deuda pública, que desde mayo pasado superó el máximo autorizado por el Congreso, 14,3 billones de dólares (trillones para ellos), equivalente al producto bruto estadounidense. Aunque Obama logre negociar con los republicanos la autorización del Parlamento para superar ese límite, igualmente ya ha anunciado que pondrá en marcha el ajuste de las cuentas públicas, bajando el gasto (en programas sociales) y aumentando los impuestos (menores exenciones a los ricos, y probablemente un IVA nacional). El resultado inmediato de estas medidas será reducir la producción y el empleo y agudizar el conflicto social. Este sería, con todo, el “mejor escenario”, suponiendo que el ajuste realmente funcione y reduzca el déficit, es decir, que la reforma tributaria sobrecompense la caída de la recaudación sobreviniente, ligada al menor nivel de actividad, que resultará de la reducción de las compras del sector público y del menor ingreso disponible de las personas. Recordemos que cuando en septiembre de 2001 el gobierno argentino dispuso el “déficit cero”, la recaudación de impuestos bajó un 30 por ciento en el trimestre posterior, aumentando el déficit fiscal, y el producto bruto un 11 por ciento. El sufrimiento humano fue ofrendado en el altar de los acreedores, en prueba de la voluntad de pago a toda costa, pero esta estrategia no rindió recompensas para el bienestar general ni evitó el default. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol.

La Reserva Federal tampoco puede seguir inyectando dólares en cantidad, como ha venido haciéndolo hasta ahora, no solamente porque ya las tasas de interés son casi cero, sino que, por otra parte, los dólares se emiten contra bonos del Tesoro, que a su vez, son deuda pública. La superliquidez en dólares, que alimenta burbujas en los mercados especulativos mundiales, entre ellos, el de las materias primas (que suben, además, por otros factores), debilita al dólar, y éste es un objetivo buscado del gobierno estadounidense, ya que mejora la competitividad de sus exportaciones y encarece sus importaciones, aliviando también el déficit del comercio exterior de este país. Pero el principal mercado de los Estados Unidos, que es la Unión Europea, también se encuentra en problemas, y la principal moneda contra la que el dólar necesita debilitarse, que es el euro, tampoco logra hacer pie, y hasta su supervivencia está amenazada. Todo esto configura un terreno de turbulencias fuertes en el sistema monetario internacional.

Durante treinta años, los Estados Unidos pagaron a crédito no sólo el alza del consumo de los hogares –que se endeudaron mientras sus ingresos caían, y ahora ya no pueden ni atender sus pasivos ni seguir endeudándose ni consumiendo–, sino un aparato militar desmesurado en relación con el de las demás potencias, que despliega su poderío en todo el planeta para proteger los intereses estratégicos estadounidenses y los de sus empresas e inversiones. Pero ahora el tembladeral de la economía estadounidense pone en cuestión el papel del dólar como refugio y reserva de valor. Más allá de las grandes compras de bonos del Tesoro por parte de la Fed, los grandes inversores extranjeros, empezando por China (los otros más importantes son Japón, Alemania y Gran Bretaña), ya empezaron a mirar con desconfianza las colocaciones de bonos del Tesoro norteamericano, por su baja remuneración e incipiente riesgo. Una inflación en dólares licuaría el valor real de la deuda estadounidense, pero el mundo ha cambiado respecto de los años ’70 y ’80, cuando esto fue posible. El peso de los BRIC, la intensificación del comercio Sur-Sur, la amarga experiencia de la deuda externa y de las crisis en Latinoamérica, Asia y Rusia hacen hoy mucho más difícil para los Estados Unidos aliviar su carga trasladando el ajuste a la periferia. Tampoco Estados Unidos puede contar con la ayuda de Japón, como ocurrió en los años ’80 a partir de los acuerdos monetarios que llevaron a la crisis del país asiático, que ya lleva veinte años de dificultades económicas, su deuda soberana es del 200 por ciento del PIB y además enfrenta el marasmo del terremoto.

Ya en noviembre de 2010, Dagong, la calificadora oficial de China, disminuyó la calificación de la deuda pública de Estados Unidos de AA a A+, bajo el argumento de que “serios defectos en el desarrollo económico de los Estados Unidos y su modelo de administración llevarán a una recesión de largo plazo de su economía, reduciendo los fundamentos de su solvencia soberana”, y que la política de dinero fácil de la Reserva Federal, en busca de una obvia tendencia de depreciar el dólar, contra los intereses de los acreedores, indica la declinación de las intenciones del gobierno estadounidense de repagar su deuda. Unos meses más tarde, en abril, también Standard & Poors calificó de negativo el panorama de la deuda soberana estadounidense, basada en el riesgo real de que los hacedores de política no pudieran acordar cómo reducir el déficit presupuestario, debilitando su perfil fiscal respecto de otros países cuya deuda está calificada como AAA. Parece que no queda más para los norteamericanos que esta nueva austeridad y la puesta en cuestión de su modo de vida, que sin dudas entraña el riesgo de alimentar las tensiones sociales y políticas en un país que hace tiempo no estaba tan dividido.

* Autores de Las grandes crisis del capitalismo contemporáneo.

sábado, julio 23, 2011

El auge y la caida de Mecha-Perón

para jugar a ser perón destruyendo todo y diciendo "justicia social, justicia social", "compañero, compañero"

http://www.kongregate.com/games/smakana/the-rise-and-fall-of-mecha-per-n

Desigualdad por Alfredo Zaiat (Levantado de P12)

Existe una mirada turista sobre la economía de Estados Unidos y Europa que desestima la existencia de una profunda desigualdad en esas potencias mundiales. El recorrido de placer por ciudades de países desarrollados, con sus imponentes edificios, autos modernos e infraestructura urbana eficiente, con la colaboración cultural de Hollywood ofreciendo al mundo el “sueño americano”, ha construido la idea de sociedades integradas y dinámico ascenso social. La crisis que estalló en 2008 y que aún no ha cesado ha permitido correr el velo sobre la situación laboral, social y de distribución del ingreso en esas economías. Un artículo publicado en el Financial Times detalla que el estadounidense promedio gana lo mismo en términos reales desde 1975; que los ingresos medios de las familias japonesas, después del pago de impuestos, cayeron en el decenio finalizado en 2005; que los salarios en Alemania se han reducido en los últimos diez años. Este ciclo de deterioro en los ingresos reales de los trabajadores en esas economías maduras estuvo disimulado por el auge del crédito, fondos canalizados por el sistema financiero que compensaron la pérdida del poder adquisitivo del salario. De esa forma las familias estructuraron un presupuesto de gasto superior a sus ingresos, sistema que hoy está en graves problemas por la fase recesiva de esas economías, las quiebras de bancos, el estallido de la burbuja especulativa del crédito, el monumental endeudamiento estatal y de los hogares y el aumento del desempleo.

La agudización de la desigualdad es hoy una de las características más notables de países desarrollados. Durante el período de predominio de las políticas keynesianas y de la conformación del Estado de Bienestar, iniciado para salir de la Gran Depresión del ‘30 y profundizado en los años de la posguerra, se redujo la brecha entre los extremos de la pirámide de ingresos. Fueron las décadas de menor desigualdad, proceso que empezó a revertirse con el avance de las políticas neoliberales y de hegemonía de las finanzas sobre la producción. Ese deterioro no se reflejaba en toda su dimensión por el desarrollo de la economía de la deuda, que ahora quedó al desnudo. El ingreso promedio de los trabajadores estadounidenses se mantuvo estancado con un Producto Bruto Interno creciendo en forma sostenida. Se sabe que la evolución de la riqueza per cápita de un país no permite conocer su distribución, y en Estados Unidos ha aumentado su PBI pero gran parte del incremento de las porciones de esa torta de ingresos fue a manos de los grupos de mayor patrimonio. En ese mismo artículo del Financial Times se detalla que el 1 por ciento de los norteamericanos con ingresos más altos acumulaban el 8 por ciento del total de la riqueza en 1974, pasando a acaparar el 18 por ciento en 2008.

Un informe publicado por Boston Consulting Group, mencionado por el economista Carlos Weitz en el suplemento Cash, indica que menos del 0,002 por ciento de la población mundial acumula más de la tercera parte de la riqueza existente en el conjunto de naciones. Durante el 2010 sólo 103.000 personas concentraban el 36,1 por ciento de los activos del planeta. En la revista World Wealth Report se destaca que Estados Unidos lidera esa elite, con cerca de 40.000 ricos que acaparan activos por más de 30 millones de dólares cada uno. Esa tendencia de ampliación de la brecha de desigualdad provocó en el periodista e historiador Gregory Elich la definición de que la potencia mundial se encamina a “un modelo del Tercer Mundo”. En el documento Desigual batalla en EE.UU.: estamos asistiendo a una implacable guerra de clases desde arriba precisa que ese modelo está constituido de “una enorme riqueza y privilegios para los más ricos, y desempleo, caída de los salarios y servicios sociales inadecuados o inexistentes para el resto de la sociedad”. En Estados Unidos más del 9 por ciento de la población sigue desempleada, tasa que se mantiene en ese nivel desde hace casi dos años. Elich señala que si se suman los trabajadores desalentados y los subempleados activos, que buscan mejorar sus condiciones materiales, casi una sexta parte de la fuerza laboral se encuentra en situación precaria. El desempleo en jóvenes, latinos y afroamericanos es aún más grave, con una tasa que se acerca al doble. Elich indica que “sin embargo, los legisladores no han pensado siquiera en un programa de empleo”, y por el contrario “la tendencia ha sido a la reducción en los beneficios en un momento de mayor necesidad, al mismo tiempo que exigen más recortes de impuestos para los ricos”.

Esa tensión es la que se expresa en la negociación de la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos para subir el límite de la deuda de 14,3 billones de dólares. Los republicanos, cada vez más con influencia de los grupos más conservadores reunidos en el denominado Tea Party, proponen un fuerte recorte del gasto público en áreas sociales. Por lo pronto, lograron aprobar en la Cámara de Representantes la propuesta conocida como “cut, cap and balance” (recorta, limita y equilibra), que eleva el techo de endeudamiento en 2,4 billones de dólares, a cambio de una reducción de 111.000 millones de dólares en el presupuesto federal del año fiscal que empieza el 1º de octubre, elevando el ajuste a 6 billones de dólares durante la próxima década. Ese plan busca desmantelar la red de protección social con una modificación profunda del sistema de pensiones y de los programas de sanidad para ancianos y familias por debajo del umbral de la pobreza. Ese plan no sería aprobado en el Senado, pero en esa carrera contrarreloj para evitar la cesación de pagos parcial del 2 de agosto, la administración de Barack Obama ha ido cediendo en su objetivo de subir impuestos a los ricos, como también a actividades muy rentables, como la petrolera, para mejorar las cuentas fiscales. Frente a un horizonte inquietante, Obama convocó para hoy a los líderes de las bancadas demócratas y republicanas para alcanzar un acuerdo.

La distribución regresiva del ingreso, con líderes políticos atrapados por los intereses del poder económico en el marco de una crisis que agudiza las tensiones sociales no es exclusiva de Estados Unidos. Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) advierte sobre la ampliación de la brecha de ingresos en Europa entre mediados de la década del ’80 y el 2010. La desigualdad se afianzó en 17 de 22 países de ese continente. En ese documento se destaca que hasta las naciones con mayor equidad, como Dinamarca y Suecia, no pueden eludir esa tendencia al incremento de la desigualdad. Ese proceso reconoce su origen en la fragmentación y heterogeneidad en el mercado laboral.

Una investigación realizada en el Banco Central de la República Argentina ilustra esa dinámica de la desigualdad en la puja sobre ingresos, en una serie de productividad y salario real por hora para el lapso de 1990 a 2009 en países desarrollados (Estados Unidos, Alemania, Japón y Reino Unido). El resultado es que las ganancias de productividad se trasladaron principalmente al renglón de beneficios empresarios, con escasa o nula incidencia en la mejora del salario real de los trabajadores. La mayor brecha se observa en Estados Unidos, con un índice base 100 de 1990 alcanzó casi los 250 en el eje de productividad, mientras que en el del salario real se ubicó en 120.

El lenguaje aplicado por el saber convencional en materia económica orienta a pensar que las crisis son fenómenos naturales o causados por acontecimientos imprevistos, que denominan “Cisne negro”. Ocultan que la desigualdad, la profundización de una distribución del ingreso regresiva, es la base para entender la actual debacle de las economías centrales.

azaiat@pagina12.com.ar

Yo sólo hago pop por Daniel Plotkyn (levantado de http://comodijo.wordpress.com)

Se ha escuchado hablar sobre el “blindaje” mediático que recibe Mauricio Macri por parte de la prensa patronal. Es importante, sin embargo, ilustrar en qué consiste. Porque, aunque se trata algunas veces de maniobras burdas y obvias, como ignorar mediáticamente denuncias contra el empresario a cargo de la jefatura del gobierno de la ciudad, otras veces los medios corporativos utilizan lo que podríamos llamar la táctica de “yo sólo hago pop”. Un término que popularizara el personaje de Peter Capusotto, Micky Vainilla — aquel cantante neonazi quien, ante reproches por sus posiciones políticas, dice que él sólo hace pop para divertirse y que no hay que buscar más allá de eso en sus canciones.

Esta estrategia de blindaje mediático es ilustrada por el tratamiento que dio Clarín a los procedimientos del juez Lijo en los que se vinculó a Durán Barba (e, indirectamente, a Macri) con operaciones para difamar a Filmus. Se nos presenta hoy el tema como una “polémica” entre Filmus y Macri, o entre el filmusismo y el procesismo. La prensa patronal se limita a “informar objetivamente” dos puntos de vista, dos posiciones encontradas, sin tomar partido. Ellos sólo hacen periodismo.




Y en su portada digital:



Y es éste el mejor blindaje que se le puede hacer a Macri. No se puede ocultar el intento de difamación. No se puede ocultar el accionar del poder judicial que cualquier periodista con un mínimo de ética profesional relacionaría con maniobras presuntamente delictivas de Durán Barba. Y no se puede ocultar la falta de explicaciones por parte de la dirigencia procesista.

O sí. Se la oculta, como ya dije, presentando todo como “polémica”. Como un capítulo más en los “ataques” por parte del kirchnerismo al procesismo. Como una prueba más de que al gobierno sólo le interesa crispar y no debatir “los temas que le importan a la gente” (obviando, claro está, que Macri ayer mismo rechazó cualquier debate). Y si se llama la atención sobre esta protección al candidato de la derecha porteña, se nos responde que ellos sólo se limitan a informar, que hay un conflicto y que la gente tiene que decidir. Poniendo, al mismo nivel, a quien está acusado de un delito y a la presunta víctima.

Imagínese, por otra parte, si el caso Schoklender se hubiese presentado sólo como una polémica entre el ex-apoderado de las Madres y, pongamos por caso, Carrió. Pero allí no había principio de inocencia que valiera. La culpabilidad de Schoklender estaba asumida y, lo que es verdaderamente nefasto, la de Hebe y todos los organismos de derechos humanos que no se sumaran al coro de Clarín, La Nación y su chirolita Perfil.

martes, julio 19, 2011

Comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo. Sobre el caso Noble Herrera.

El caso Noble cerró la 2° etapa del cotejo de ADN de Felipe y Marcela con las familias que buscan jóvenes nacidos entre 1975 y 1976.

Hay tres familias en las que aun no se puede determinar si el perfil genético de Marcela incluye o excluye con el ellas. En el caso de Felipe, hay una familia con la que no se puede determinar si su perfil genético incluye o excluye.

Por tanto, son falsas las informaciones que circulan acerca de que el cotejo dio negativo. La información genética de una familia en el caso de Felipe, y de tres en el de Marcela, no es suficiente para determinar si tienen vínculo biológico con ellas

Por lo tanto pedimos y solicitamos, a todos y todas quienes hayan leído esto, lo difundan.

No tendremos 301 medios como Grupo Clarín, pero tenemos las voces de cientos de miles de ciudadanos, que ya han abierto los ojos ante las mentiras que este grupo hegemónico predominante difunde a diario, y repite hasta el cansancio para imponer en la opinión popular. Firmado Abuelas de Plaza de Mayo.+ (PE)

elecciones porteñas

lo escuché montón de veces y no lo terminaba de comprender, hasta que lo comprendí: el latiguillo que todos (los que votaron no-positivo por Filmus) repiten (influídos por los medios masivos de desinformación) "si votas a Filmus en realidad votas por Cristina, porque Filmus no va a hacer nada sin preguntarle primero a Cristina, en realidad el tipo no tiene ninguna independencia, porque el Kirchnerismo es absoultamente verticalista, asi que si lo votás a él en realidad estás votando a Cristina y yo no quiero que ella gobierne la ciudad de Buenos Aires". Esta idea de que Filmus es un títere de Cristina lo escuché en todas partes y creo que tiene que ver en cómo votaron los ciudadanos de Buenos Aires el 10 de julio. Esto pesó más que los miles de mocos que se comió Macri desde los hospitales y escuelas hasta las corrupciones de todo tipo en sobreprecios de construcción de subtes, acá hay una página que enumera 100 razones para no votarlo a Macri. Así y todo parece más importante el anti-Kaismo que todas estas razones para no votarlo...

viernes, julio 15, 2011

Mass psychosis in the US - Opinion - Al Jazeera English

Mass psychosis in the US - Opinion - Al Jazeera English

Bienvenido Tecnópolis por Adrian Paenza (levantado de P12)

Coincido totalmente con Paenza.
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En la Argentina de hoy se están produciendo acontecimientos tan significativos en el ámbito científico, tan distintos de todos los que hemos vivido en las últimas décadas, que merecen una mirada diferente por parte nuestra también. Cualquiera que hubiera vivido en nuestro país durante los últimos 40 años (más o menos) entiende de lo que hablo. La ciencia fue siempre considerada algo exótico, de elite. No me refiero solamente a los presupuestos siempre miserables, sino que lo que cambió es la actitud, la disposición, el interés y por ende la valoración. Hoy hay vasos comunicantes. Hoy hay gente que escucha, pregunta, se interesa, opera y resuelve. Hace un mes fue el tema del satélite que mereció la tapa de este diario (y debió haber sido nota de “tapa” de cualquier medio de comunicación de nuestro país). Hoy es Tecnópolis, que también fue la nota de tapa de Página/12. Pero hay una disposición diferente. Al Poder Ejecutivo le interesa. Hay gente dentro de la clase política que pregunta. No sólo eso: pregunta y luego las respuestas son vinculantes. Es curioso y me dan ganas de escribir inédito, pero no lo hago porque no sería cierto, pero igualmente no estamos acostumbrados a que pase esto: hay gente que está pensando el país, el futuro del país, pero corrido de la coyuntura, pensando en cinco, diez, veinte años hacia adelante. ¿Qué queremos ser? ¿Qué podemos ser? ¿Vamos solamente a seguir exportando carne o soja? ¿Quiénes hacen nanotecnología? ¿En dónde? ¿Por qué nos importa el desarrollo de esa área particular de la física? ¿Quiénes producen software? ¿Quiénes hacen biotecnología? ¿En dónde se hace? ¿Quiénes lo hacen? ¿Qué problemas abordan? ¿Qué pasa con áreas como la computación o la investigación en biología?

Cuando la gente de la NASA invita a la gente de Invap y a los distintos organismos públicos, estatales... (sí, ¡estatales!) para que hagamos “a medias” un satélite, y pongamos adentro cinco de los ocho instrumentos que lleva incorporados, cuando lo hacemos con ellos como pares, es porque estamos en condiciones de hacerlo. No nos están haciendo un favor. Les interesa que estemos. Los españoles, por ejemplo, también tienen buenos jugadores de fútbol. Es más: sin jugadores extranjeros (porque no se puede) salieron campeones del mundo. Sin embargo, quieren tener a Messi. Lo quieren, lo miman, lo valoran. En el mundo de la ciencia, que obviamente no entiende de fronteras, cuando hacen falta gente de ciertas calidades, se “pelea” por ellos. La Argentina produce ciencia de calidad internacional. Y se nota.

Por eso Tecnópolis es algo más que una muestra extraordinaria que va a acompañar por cinco semanas. Es un mensaje que no sólo se lo mandan a la comunidad científica, sino a la sociedad toda. Como si alguien estuviera diciendo: “No sólo nos importan. Vengan y ayúdennos, porque sin ustedes ¡no se puede!”. La Argentina no puede crecer sin sus científicos. Podrá hacer algunos negocios, no necesariamente malos tampoco. Pero como país-país, no podrá avanzar sin producir su propia ciencia, básica y aplicada. Por eso, no sólo disfruto del acontecimiento Tecnópolis, sino que disfruto del momento que vivimos. Casi sin darnos cuenta, se están sentando las bases para el futuro. Nadie más podrá gobernar en adelante ignorando este presente. Y no lo va a poder hacer porque la comunidad científica primero y la sociedad en general han advertido la importancia. Por lo tanto, cualquier intento de retroceso y vuelta a la oscuridad será resistido de manera distinta.

Mientras tanto, recordemos este camino. Ahora, peleemos por mejor presupuesto, por mayor inversión, por más y mejores sueldos, por mejor equipamiento, por mejores edificios, por más becas. Más aún: peleemos para que haya inclusión de todos los estamentos de la sociedad, para que la universidad pública no sea sólo para las clases más solventes económicamente, sino que sea para todos. Pero al mismo tiempo también reconozcamos la enorme e impactante diferencia con lo que la Argentina vivía hasta hace nada más que siete años. Sólo hacía falta que hubiera gente a la que le importe. Y eso, hoy, se nota.

Bienvenida Tecnópolis. Ojalá que ahora haya una aluvión de personas que la recorran y que la disfruten. Es de la gente, es de todos. Es suya. Es de ustedes: recórranla, denla vuelta tanto como puedan. Pregunten, discutan, desafíen. Peléense con los científicos que están allí. Pregunten hasta entender, o hasta demostrarles que los que no entienden son ellos.

miércoles, julio 13, 2011

mauricismo: we are the champions o esperando el milagro

Será que "vamos bien"? La ciudad eligió, 1 de cada 2 del 75 % del patrón lo votó a "Mauri" (vieron que todos los del pro se llaman por su nombre de pila, como en el Newman?). Será que todos somos como Macri y le echamos la culpa de todo lo que no funciona a los otros? Será que todos quieren ser como Macri, así de banana, "empresario exitoso"? (Siempre vivió haciendo negocios con el estado, y ahora que ES el estado los sigue haciendo, sobreprecios acá, beneficios para amigos allá, etc. Ayer en la cola de un banco, cuando hacían pasar a la gente con un aparato que mostraba el número de la caja, cada tanto hacían pasar a los clientes VIP y cuando sonó para que pasara la señora que estaba delante mío y vió que en lugar de cola general decía 'VIP', la señora dijo 'nosotros no somos VIP como Macri'.) Las campañas "Vos sos bienvenido (Gordi)" (choreada de Portugal), "Buenos Aires va a estar bueno (Gordi)", etc. tienen un tufillo de clase que tal vez le guste a 1 de cada 2 porteños. Tal vez si hubieran puesto solo "Gordi" habrían igual ganado en esta ciudad anti-peronista, elitista y egoista como dice Fito en P12, tal vez ese 47 % paga y usa educación privada, paga y usa salud privada, paga y usa transporte privado? Aunque el tipo ganó en todas partes, en el sur y el norte, en Recoleta y Lugano... Será que a 1 de cada 2 le chupa un huevo el estado de la salud y educación pública, que haya subejecutado menos del 30 % de las partidas? Es dificílisimo que algo cambie para el 31 de julio. Tendría que comerse un moco gigantesco para que baje ese porcentaje pero hay que esperar el milagro. Si llegaran a votar el 100 % del padrón (algo imposible) con que saque el 50 % Filmus (50 % del 25 %) y con todos los votos del centro para la izquierda ni ahí llega. Pero quién sabe? Imagino que al final será algo así como 60 % a 40 %. Y otros 4 años más de "Mauri"... LPMQLP¡!

jueves, julio 07, 2011

subte = tetris

Estamos en BA x 1 mes y ayer me tomé el subte por primera vez desde que llegamos y al instante, cuando quería entrar después que la gente toda apretada salía del vagón, cuando todos nos ubicabamos como podíamos pero con cierta lógica tapando espacios y corriéndonos para que pase el que baja en la próxima estación, en ese mismo momento recordé que viajar en subte en buenos aires es como jugar a un gran tetris humano.