lunes, marzo 10, 2008

y seguimos siendo la mayoría.

hoy tuve que ir al banco a hacer tramites, y me pasaron para que charle con Hann, una empleada vietnamita que hace varios años vive en Vancouver. la charla duró como 45' o más y entre que me ayudaba a cambiar algunas cosas de nuestra cuenta y de ver cómo hacemos para cuando volvamos a Arg, entre todo eso ibamos mechando cosas y resultó que a los 14 años se tuvo que escapar de Vietnam, que unos amigos de los padres la ayudaron a salir y mudarse a Indonesia. De ahí esos amigos se fueron a vivir a USA, y ella a Canadá donde fue recibida por una familia adoptiva que la trató muy bien, ella los sigue llamando madre y padre. Tenían dos hijos más chicos que ella, vivían en un pueblo chico cerca de Edmonton en Alberta y pudo terminar el colegio y estudiar. Luego empezó a laburar en el TD Bank y pudo traer a sus padres y hermanos (pasados muchos años). El padre era arquitecto, falleció hace algunos años, y había tenido buena educación y se las arreglaba para sobrevivir en el Vietnam comunista. Ella volvió en noviembre pasado y su casa seguía en pie porque había sido construida por su padre y era una gran casa difícil de tirar abajo, pero el resto de las casas de su barrio habían sido tiradas abajo. Todos sus amigos de la infancia estaban igual, vendiendo frutas o animales en el mercado, ninguno era amigo del partido así que no podía tener un trabajo en el estado. Hann me contó que cuando trajo a su madre y hermanos al principio estaban bien, pero después su madre sentía mucho frío en Alberta y se mudó a Vancouver, así que todos se mudaron para acá. Me aconsejó que sacáramos la residencia porque te ayuda mucho, te abre muchas puertas. Contaba cómo la miraban cuando iba a Vietnam, que para entrar al país tenía que poner un billete de 5 dolares en el pasaporte para que no la jodan a preguntas sobre por qué se fue y por qué volvía, también contaba que como ninguno de sus amigos tenía mucha plata ella los invitaba a todos cuando salían a comer y que todos creían que era millonaria cuando en realidad decía que acá nadie tiene una imprenta que produce dinero, sino que todos tienen que trabajar duro, pero la moneda es muy fuerte y por eso puede viajar y vivir más o menos bien.
Cada tanto me decía qué bueno que haya ido para que ella me ayudara con los temas del banco y además para charlar. Me preguntaba cómo era Arg y le conté que en algunas cosas uno se acostumbra como a cierto maltrato cotidiano, y una violencia visible, tal vez "caliente" pero que acá también vemos un tipo de violencia que podría decir "fría" y menos visible, como la gente que vive en la calle, que cada vez son más y que posiblemente encuentren tiempos muy difíciles con los juegos olímpicos del 2010, o también los first nations que tienen porcentajes de pobreza mucho mayor que el resto de la sociedad.
Al final me da una carpeta con toda la info de los cambios que hicimos en la cuenta y me acompaña hasta la puerta del ascensor y Hann me comenta que en realidad hay buena gente en todos lados, y yo antes que se cierra la puerta la saludo y le digo "y seguimos siendo la mayoría"

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